1 de juliol de 2015 / /
Bueno, empezaría estas líneas diciendo que soy una persona que vive entre La Llagosta y La Florida desde el año 1963 y soy una persona que valoro mucho lo que tenemos porque, a veces, es verdad aquello que se dice, lo que nada cuesta, nada vale.
Los que han venido a vivir aquí de unos años para aquí no saben que no teníamos médico, que tuvimos que recoger firmas para que bajara a visitar algún día a la semana. Y bajó. Visitaba en la farmacia de la Avenida 3. No teníamos las calles asfaltadas. Por eso, cuando voy al ambulatorio y miro a un lado y al otro, pienso qué maravilla.
Tenemos el autobús urbano, recogida de muebles, de poda y tenemos más servicios que algunos pueblos. Pero por muchas cosas que tengamos, si no hacemos buen uso de ellas, de poco sirven.
Yo he tenido la mala suerte que desde que pusieron los containers, los he tenido en la puerta de mi casa. Y yo les pediría, por favor, a la gente, que antes de tirar una bolsa de basura al container amarillo, que lo vacían dos veces por semana, que piense si lo tuviera delante de su comedor, si lo haría, o dejar los muebles o la poda días y días en una acera, que no puede pasar nadie.
Estoy escribiendo estas letras sintiendo la peste del container amarillo. Si no hacemos uso de los servicios que tenemos, es una pena dar la imagen que damos.
Tránsito Ramos (La Florida)