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Isabel Heredia es gitana y llegó a Santa Perpètua hace cinco años después que la crisis la obligara a ella, a su marido y a sus dos hijos a trasladarse a casa de un familiar. En el barrio de la Mina, donde vivía, adquirió experiencia en el ámbito de la educación social y la mediación intercultural. Trabajó como monitora de comedor y después, dentro de la Fundación Pere Closa, fue educadora social en un casal infantil. En Santa Perpètua pronto se hizo su sitio entre la comunidad gitana y, gracias al proyecto de Escuela de Ciudadanía de la Concejalía de Convivencia y Ciudadanía, realiza una labor importante como mediadora y dinamizadora intercultural, especialmente con mujeres y niños. El 8 de abril, con motivo del Día internacional del pueblo gitano, asistió junto con cuatro jóvenes de Santa Perpètua al acto que se llevó a cabo en el Parlament de Catalunya. Era la primera vez que la comunidad gitana de Santa Perpètua estaba representada en este evento.

¿Cómo fue la celebración del Día internacional del pueblo gitano en el Parlament?
Ha sido una experiencia muy positiva, especialmente para las niñas que me han acompañado ya que han podido conocer el Parlament, ver y escuchar a otros gitanos, hombres y mujeres, que han intervenido en el acto. La celebración del Día internacional del pueblo gitano ha sido muy bonita y para ellas, especial, porque era la primera vez que iban al Parlament. También aprovechamos e hicimos un poco de turismo por Barcelona. Verles la cara de felicidad al pasear, por ejemplo, por la Ciutadella, ha sido muy satisfactorio.

¿No conocían la ciudad?
Puntualmente habían ido en alguna ocasión pero como ese día, de paseo, no.

¿Cómo recibisteis la noticia que ibais a formar parte de la primera delegación perpetuense de gitanos que iba a la conmemoración de este día?
Yo ya había ido en años anteriores a esta actividad y sabía lo que era. Eso me ayudó a motivar a las demás a que me acompañaran. Además las familias de las niñas ya me conocen y dejaron que vinieran conmigo. Ellas súpercontentas e ilusionadas y ¡hasta se compraron ropa para ese día!

Hace cinco años te mudaste de Sant Adrià a Santa Perpètua, ¿qué hizo que te trasladaras al Vallès?
La crisis hizo que me trasladara a vivir con mi suegra, que es de Santa Perpètua. Fueron momentos muy difíciles, pero siempre he intentado superar las dificultades y así lo hice. Mi marido y yo siempre habíamos trabajado y fue duro al principio. Contacté con servicios sociales y así entre en contacto con la Concejalía. Ellos vieron en mí ganas de trabajar por la comunidad gitana y empecé como mediadora intercultural en un proyecto muy bonito, la Escuela de Ciudadanía, donde se llevan a cabo actividades y talleres para las mujeres gitanas.
Ya tenías experiencia en ese ámbito…
Siempre había vivido en el barrio de la Mina y allí empecé como monitora de comedor en un colegio. Después estuve como educadora social en un casal de la Mina y dentro de la fundación Pere Closa. Esta entidad tiene como objetivos la formación y promoción del pueblo gitano en Cataluña y allí conseguimos muchas cosas.

¿Por ejemplo?
Una de las que más me enorgullezco fue conseguir que niñas que nunca habían ido de colonias fuesen porque al ir yo de educadora animaba a los padres gitanos a dejarlas.

Aquí eres dinamizadora del colectivo de gitanos. ¿Cómo es la comunidad gitana en Santa Perpètua?
No es una comunidad muy numerosa, alrededor de unos 400 gitanos vivimos en Santa Perpètua. Una de las cosas que caracteriza a esta comunidad es que no sale mucho de su entorno, del pueblo, eso quizá me llamó la atención cuando llegué aquí.

¿Cuál es tu función como dinamizadora?
Soy monitora y estoy en los cursillos y espacios que se hacen con la comunidad gitana, especialmente de mujeres. Bajo el proyecto de la Escuela de Ciudadanía se organizan, entre otras cosas, talleres que las mismas mujeres demandan. Yo estoy con ellas de dinamizadora y de mediadora.

¿Qué finalidad tienen estos espacios?
Conseguir que se escuche a las mujeres gitanas e incentivarlas y animarlas a realizar actividades que les sean útiles. Que vengan por voluntad propia y hagan lo que a ellas les guste.

¿Algún ejemplo?
A lo largo de este año algunas mujeres han obtenido el título de manipuladora de alimentos, se han realizado cursos de maquillaje y costura respondiendo a sus demandas, se han organizado charlas, encuentros con otros mediadores gitanos para que tengan otros referentes y visiones de lo que podemos llegar a hacer…

Y la respuesta está siendo buena
Sí, eso es lo mejor, ver los resultados que se consiguen y verlas a ellas contentas de hacer algo por sí mismas. Este proyecto está funcionando muy bien y nos encantaría poder seguir en esta línea de trabajo ya que, al final, nos beneficia a todos. Recuerdo en un taller de costura una de las chicas que me decía: ‘‘Isa, es la primera vez que toco una máquina de coser y me gusta’’ o ‘‘Muchas gracias por organizar este taller porque me he dado cuenta que me gusta coser y quiero hacer muchas cosas’’. Con eso, yo me doy por satisfecha.
Tu papel también es de mediadora con el colectivo de gitanos.
Así es. Cada vez me conocen más y me tienen de referente y eso es bueno porque permite que medie con, por ejemplo, la escuela con temas de venta ambulante etc.

¿Tiene prejuicios la sociedad sobre la etnia gitana?
Algunos prejuicios existen y cortar con eso costará, siempre se ha tenido una mala imagen del gitano y se nos han colgado ciertos estereotipos.

¿Por qué crees que pasa?
Todos tenemos que asumir nuestra parte de culpa y estamos trabajando para erradicar esos prejuicios. A mí me gusta que mi pueblo me vea como a una gitana y que entienda que, por tener inquietudes y por ser como soy, no pierdo esa identidad. Para que la sociedad no gitana nos acepte no tenemos que dejar de ser gitanos. Tenemos nuestras costumbres y prioridades y tenemos que seguir manteniendo eso. La base de todo es el respeto mutuo y la buena convivencia, entender que hay diversidad.

¿Qué cualidades valoráis los gitanos de vosotros mismos?
Somos personas que sabemos buscarnos la vida, también en tiempos de crisis, vivimos al día y somos felices con lo que tenemos. Creo que esas son buenas cualidades. Los gitanos pueden llegar a sorprenderte porque son personas muy inteligentes y hay que darles la oportunidad de expresarse porque pueden llegar a hacer muchas cosas.

¿Cuáles son para ti las claves para ayudar a progresar a la comunidad gitana en Santa Perpètua?
La educación es fundamental y este es un aspecto que todavía cuesta. Es un pez que se muerde la cola: si yo no he estudiado es difícil que yo se lo inculque a mis hijos y que éstos lo hagan con los suyos… En Escuela de Ciudadanía intentamos mejorar este aspecto y los lunes por la tarde se organiza la actividad ‘Iniciació a la lectura’ donde los niños vienen y refuerzan lo que aprenden en la escuela. Allí también tienen un espacio para hacer los deberes. Hay que romper con ese pez que se muerde la cola para avanzar en un aspecto tan importante como es la educación.

¿Qué significa para ti, como mujer gitana, tener el papel que desempeñas en tu comunidad?
Como yo hay muchas en la comunidad gitana pero, por la razón que sea, se han fijado en mí para este papel de dinamizadora y mediadora y me siento muy orgullosa de hacerlo. Tengo, además, la suerte de trabajar en lo que me apasiona y satisface sin necesidad de romper con mi identidad de gitana. Esto es algo que me gusta transmitir a las mujeres con las que estoy: por trabajar con vosotros, los no gitanos, no perdemos nuestra identidad y carácter. El gitano no siempre tiene que hablar mal, ni llamar la atención. Siempre digo que eres mejor gitano cuando mejor te portas, porque es así cuando la gente se fija en ti como persona y no porque te señalan.


Foto: Isabel Heredia y cuatro jóvenes de Santa Perpètua asistieron el 8 de abril a la conmemoración del Día internacional del pueblo gitano, que tuvo lugar en el Parlament de Catalunya / Josep Cano

 

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